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Poema ganador del concurso de la Biblioteca Municipal de Loncoche, año 2011.
Quizá sin darte cuenta, inconciente, subterráneo
te colaste entre mi piel y los huesos
fraguando y asentando un nuevo poderío
reino del fragor y fulgor de la caricia, la mirada, la sonrisa
y entonces en un instante, quizá sin darme cuenta
cultivaste las tierras de mi pecho
nutriendo desde el fondo el sutil cambio
transformándome como a hortensias crecidas en primavera
has dado el impulso a la mayor peripecia
ésta, de brincar al fondo de mi misma
y encontrarme sorprendida de frente con tu reflejo
y la labor silenciosa de tus manos
ensamblando para mi una nueva armadura
te encontrabas dentro
en el espacio mas luminoso de mi bóveda sanguinaria
me maravillé con tus manos de rayo, bajo un haz de luz
estabas calzando mi nueva armadura
desarticulando mi engranaje oxidado de olvido
quemaste mi avión de papel
desde donde caí vertiginosamente veintiséis años
aferrada a un paracaídas roto
diste a luz la única y verdadera tentativa de cielo infinito
ésta, de rotar definitivamente en lo perpetuo
y me miré al espejo cuestionándome mi destino
haciendo un real intento por cambiarlo, entonces comprendí
que sostengo mi única y última verdad: no le temo al fracaso
es éste El intento de cambiar para siempre mi suerte, mi historia
y si acaso he de perder irremediablemente
arriesgando hasta la vida por no caer al olvido
no temo dejarme arrastrar por la bravura de este mar que me mueve las entrañas
dejarme consumir completamente por este fuego que me atraviesa las arterias
no temo abrir el cofre secreto donde guardo mi cajita de música desafinada con su bailarina rota
no temo al vacío ni la sentencia peligrosa y oscura de futuro maltrecho
he de entregar mi corazón al sonriente Señor de la fantasía y la imaginería
de permitirle abrir las puertas, las ventanas y hasta la última escotilla
para que entre definitivamente luz…Su luz
apoderándose de mi lenguaje de semilla y código extenso
apropiándose de todos los colores que convergen en mi pecho
no temo parir al mundo de un solo grito
encadenar mi vida a su corazón para liberar el mío
hacer eco incansable de la resonancia de gestos y palabras
nutrirme de este amor íntegro, renovado, amor desmesurado
amor preciso, meridiano, amor categórico
sin especulación profana ni sombra glacial
AMOR
que con su fuerza redentora y vital
ha dado a luz la fuerza y claridad de éste poema lleno de corazón
y quizá diría entonces, sin duda, el mejor.